Alejandro Lanús: "Umbrales de verdades eternas en tiempos efímeros."
*Por Brad Hunter
Estamos en un tiempo donde las redes sociales cambiaron la forma en la que se asimila la información. El poder del aceleramiento del tiempo ha creado un nuevo lenguaje de la síntesis, en la que parece no existir la paciencia por lo extenso. Nuestra cultura se ajusta al tiempo efímero en que la lectura de la realidad se centra en el instante que secuencia el momento. En estos tiempos, todo pasa rápido, la literatura se obliga a reorientarse al tiempo de las redes virtuales en las que la atención del lector fluye al ritmo de la información; tiempo sin tiempo en el que las neurociencias nos demuestran como el cerebro humano contemporáneo evoluciona hacia la rapidez de la síntesis como respuesta asimilativa al aceleramiento de los aconteceres de la realidad. El mundo de la realidad virtual nos confunde en la nebulosa de la física, en la que la irrealidad es determinante a la hora de conformar la realidad. La literatura en su natural resistencia a los cambios de la velocidad que propone los ritmos de la contemporaneidad, aporta un viejo recurso reflexivo de escritura, el cual mágicamente parece concebido para estos tiempos sin tiempo: el aforismo.
El aforismo podría definirse como el sentido literario de la síntesis, un recurso de verdades profundas expresadas desde la simpleza de lo breve. “Umbrales” justamente es una puerta a la dimensión de lo sutil, a declaraciones que expresan principios de la vida; la filosofía que desentraña en la simpleza y el resumen, complejas verdades de la existencia. Su autor, Alejandro Lanús, es un escritor y poeta argentino que se ha posicionado como un referente del género, alguien que supo interpretar las lecturas del tiempo y de los acontecimientos de lo efímero que revela el orden implícito de lo permanente. No existe nada más difícil que el arte del resumen de la complejidad en la síntesis; un espiral fractal que en total respeto por la proporción, implosiona en un resumen de la realidad misma, desde lo macro a lo micro, manteniendo el sentido de la expresión en un punto de singularidad. Como escritor, podríamos especular, que asumió naturalmente el rol de un científico teórico cuántico, quien busca con la filosofía desentrañar los secretos invisibles de la ciencia. En esa búsqueda surge “Umbrales”, una expresión de la ciencia literaria, esencia misma de la realidad que subyace en lo efímero de la creación.
La obra de Alejandro Lanús, puede describirse como revelaciones simples que desentrañan lo complejo de la vida, un estado cuántico de las cosas que expresan un estado de incertidumbre literaria que desestructura la racionalidad filosófica clásica. “Umbrales” es una obra que encierra realidades invisibles, como una partitura, la melodía no interpretada que esconde su música en un papel. Así “Umbrales” invita al lector a adentrarse en un laberinto sinfónico, quien se convierte entonces, en el músico que desenvuelve con su interpretación, la música de la vida contenida en los aforismos que penetran en la profundidad filosófica del alma. Su lectura produce frecuencias, vibraciones que resuenan en la conciencia del lector, la lectura de la realidad. Un mensaje directo a descifrar una serie de verdades profundas.
Al encontrarnos con frases como: “Imagino cosas que no existen en este mundo pero que existen para este mundo. No comprendo: ¿por qué lo que para este mundo no existe en este mudo?” estamos frente a la magia de la contradicción propia del razonamiento cuántico en el cual la dualidad permite que lo informado y lo formado, existan entrelazados en una misma realidad. Una lógica imposible para el razonamiento determinista, y que encuentra el sentido en el mundo libre e imaginario de la mente. El propio Hermes con su axioma “Todo es mente, el universo material es una creación mental” ofrecía una verdad universal expresada desde el conocimiento de cómo la imaginación crea desde ese mundo mental, que no existe, en este mundo de la materia. Somos nosotros los que creamos la realidad en la que vivimos, nuestras emociones y pensamientos no son de este mundo físico, pero son la esencia misma que los crea. “Umbrales” es el testimonio de una idea plasmada en realidad, un sentimiento convertido en un acto amoroso, un colapso del horizonte de sucesos eternizado en el momento de la revelación. Los aforismos desplegados en esta obra enuncian verdades que aspiran a permanecer, es un profundo testimonio del momento cuántico en el que se hacen presentes en la conciencia los estímulos intangibles que se convierten así en verdades efímeras que resuenan por siempre en proceso de creación.
